Una dieta saludable. Alimentos sanos. Todo eso está muy bien pero cuando la publicidad está rayando la mentira... La cosa cambia.
Fíjate en el siguiente vídeo realizado con cereales.
Sí lo que estás pensado es cierto. Son limaduras de hierro. No existe ninguna otra posibilidad. Los iones de hierro (+2 y +3) no experimentan ningún tipo de efecto magnético. Por lo tanto, lo que observamos en el vídeo son limaduras de hierro finamente divididas. Tal y como suena.
La primera pregunta que uno debe de plantearse es: ¿Por qué?...
La razón es bastante simple. El hierro en su estado elemental no interacciona con los cereales, y por tanto, el producto dura mucho más tiempo almacenado. En otro estado de oxidación (+2, +3) podría reaccionar con el alimento y degradarlo.
La segunda pregunta que uno puede plantearse es: ¿Para qué?...
El modo de vida actual se caracteriza por la falta de tiempo. Ir corriendo a todo (y encima no llegar) es el modus vivendi de muchas personas. Eso hace que muchos aspectos de una vida saludable se resientan: falta de actividad física, comidas rápidas y poco equilibradas, falta de sueño,... Todo eso hace que nuestra dieta requiera de aportes extra. Y es aquí donde entra el suplemento de hierro (o de otros muchos elementos esenciales en nuestra dieta) y las industrias alimenticias. En muchas ocasiones bastaría con fijarnos más en nuestros hábitos alimenticios y corregirlos pero... Por ello, si necesitamos hierro, la industria alimentaria le pone hierro. Pero no cualquier hierro. como hemos indicado, no podemos añadirlo en forma iónica ya que interfiere con el alimento y lo degrada, por tanto, lo añadimos en forma elemental.
La tercera pregunta, y última, que uno puede plantearse es: ¿Sirve para algo?...
La respuesta es simple: Sirve para bastante poco (por no ser radical y decir que no sirve para nada). Para que el hierro sea asimilable por el organismo tiene que estar en forma iónica. Por tanto, cuando ese hierro de los cereales llega a nuestro estómago el ácido clorhídrico (HCl) presente en él tiene que atacarlo para transformarlo en iónico. Pero el tiempo que la masa de cereales pasa en el estómago no es suficiente para realizar complemente este proceso, y por tanto, el hierro sale del estómago prácticamente igual que como entró. Es decir, poquísimo del hierro añadido a los cereales (por no decir nada) es absorbido por nuestro organismo.
Siendo irónicos, nos sería de la misma utilidad lamer un clavo de hierro que comer unos cereales enriquecidos con hierro (por lo que respecta al hierro).
¿Es engañosa la publicidad?... Digamos que no juega limpio. Tu dieta necesita hierro, ellos le ponen hierro pero no dicen nada de la utilidad de ese hierro para tu organismo.
Por cierto, este experimento no funciona con todos los cereales. Incluso, dentro de una misma marca según el "modelo" (con frutas, con chocolate,...) funciona o no. Tampoco hay que fijarse en la cantidad de hierro presente (como máximo entre 14 y 15 mg por cada 100g de cereal). El precio tampoco es determinante. En unas sí hay limaduras de hierro y en otras no.
Aquí os dejo el trabajo que hicieron dos alumnos del Ciclo de Grado Superior de Salud Ambiental (IES Aynadamar), Lorena y Manuel, que han realizado sus prácticas en el Parque de las Ciencias de Granada.
Sí lo que estás pensado es cierto. Son limaduras de hierro. No existe ninguna otra posibilidad. Los iones de hierro (+2 y +3) no experimentan ningún tipo de efecto magnético. Por lo tanto, lo que observamos en el vídeo son limaduras de hierro finamente divididas. Tal y como suena.
La primera pregunta que uno debe de plantearse es: ¿Por qué?...
La razón es bastante simple. El hierro en su estado elemental no interacciona con los cereales, y por tanto, el producto dura mucho más tiempo almacenado. En otro estado de oxidación (+2, +3) podría reaccionar con el alimento y degradarlo.
La segunda pregunta que uno puede plantearse es: ¿Para qué?...
El modo de vida actual se caracteriza por la falta de tiempo. Ir corriendo a todo (y encima no llegar) es el modus vivendi de muchas personas. Eso hace que muchos aspectos de una vida saludable se resientan: falta de actividad física, comidas rápidas y poco equilibradas, falta de sueño,... Todo eso hace que nuestra dieta requiera de aportes extra. Y es aquí donde entra el suplemento de hierro (o de otros muchos elementos esenciales en nuestra dieta) y las industrias alimenticias. En muchas ocasiones bastaría con fijarnos más en nuestros hábitos alimenticios y corregirlos pero... Por ello, si necesitamos hierro, la industria alimentaria le pone hierro. Pero no cualquier hierro. como hemos indicado, no podemos añadirlo en forma iónica ya que interfiere con el alimento y lo degrada, por tanto, lo añadimos en forma elemental.
La tercera pregunta, y última, que uno puede plantearse es: ¿Sirve para algo?...
La respuesta es simple: Sirve para bastante poco (por no ser radical y decir que no sirve para nada). Para que el hierro sea asimilable por el organismo tiene que estar en forma iónica. Por tanto, cuando ese hierro de los cereales llega a nuestro estómago el ácido clorhídrico (HCl) presente en él tiene que atacarlo para transformarlo en iónico. Pero el tiempo que la masa de cereales pasa en el estómago no es suficiente para realizar complemente este proceso, y por tanto, el hierro sale del estómago prácticamente igual que como entró. Es decir, poquísimo del hierro añadido a los cereales (por no decir nada) es absorbido por nuestro organismo.
Siendo irónicos, nos sería de la misma utilidad lamer un clavo de hierro que comer unos cereales enriquecidos con hierro (por lo que respecta al hierro).
¿Es engañosa la publicidad?... Digamos que no juega limpio. Tu dieta necesita hierro, ellos le ponen hierro pero no dicen nada de la utilidad de ese hierro para tu organismo.
Por cierto, este experimento no funciona con todos los cereales. Incluso, dentro de una misma marca según el "modelo" (con frutas, con chocolate,...) funciona o no. Tampoco hay que fijarse en la cantidad de hierro presente (como máximo entre 14 y 15 mg por cada 100g de cereal). El precio tampoco es determinante. En unas sí hay limaduras de hierro y en otras no.
Aquí os dejo el trabajo que hicieron dos alumnos del Ciclo de Grado Superior de Salud Ambiental (IES Aynadamar), Lorena y Manuel, que han realizado sus prácticas en el Parque de las Ciencias de Granada.
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