Ahora que estamos a punto de iniciar un nuevo curso escolar, siempre es bueno llenarse de buenas sensaciones, prepararnos para permanecer incombustibles al desaliento y no retroceder (aunque fuese para tomar impulso...) cuando el viento sople fuerte. Pero que nadie dude que habrá grandes momentos durante el curso. En general, las cosas no son tan negras (ni tan blancas) como algunos se empeñan en afirmar.
Desconfía de aquellos que te enseñan
listas de nombres, fórmulas y fechas
y que siempre repiten modelos de cultura
que son la triste herencia que aborreces.
No aprendas sólo cosas, piensa en ellas
y construye a tu antojo situaciones e imágenes
que rompan la barrera que aseguran existe
entre la realidad y la utopía.
Vive en un mundo cóncavo y vacío;
juzga como sería una selva quemada;
detén el oleaje en las rompientes;
tiñe de rojo el mar;
sigue a unas paralelas hasta que te devuelvan al punto de partida;
coloca al horizonte en vertical;
haz aullar a un desierto;
familiarízate con la locura…
Después sal a la calle y observa:
es la mejor escuela de tu vida.
José Agustín Goytisolo
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