sábado, 6 de febrero de 2016

LICOPODIO

Jugar con fuego es, en muchos casos, una de las características de la adolescencia. Las esporas de licopodio (Lycopodium clavatum) nos dan la oportunidad de dejar a nuestro alumnado literalmente jugar con fuego mientras aprenden conceptos básicos de Física y Química. Pero no solo su comportamiento frente al fuego es sorprendente. Frente al agua también nos permite sumergirnos en ella sin mojarnos. ¿El secreto de este comportamiento?... La composición química de estas esporas y la superficie de contacto.

El Lycopodium clavatum, conocido en España como licopodio, colchón de pobre o caminera, es una planta rastrera y de hoja perenne cuyas esporas son de una tonalidad amarillo pálido, finas y muy livianas. Los pedúnculos de esta planta acaban en espigas que contienen las esporas. La forma de preparar estas esporas es extraerlas y dejarlas secar después de su maduración. Crece en zonas húmedas y sombrías, y en el caso de España, se puede encontrar en la zona de los Pirineos y la cordillera Cantábrica. Las aplicaciones de estas esporas no solo se centran en el laboratorio para el estudio de procesos de combustión o en la puesta de manifiesto de las ondas sonoras, sino que tiene aplicaciones en la medicina tradicional o en la controvertida homeopatía. Dadas sus características físicas, también han sido empleadas para poner de manifiesto la presencia de huellas digitales en la investigación forense.

Veamos su comportamiento frente al fuego:




Como puede observarse en la imagen y el vídeo, al lanzar las esporas de licopodio sobre una llama, se observa la producción de una deflagración. Esto se debe a dos motivos: al elevado contenido graso de las mismas y a su gran superficie de contacto que facilita la interacción con el oxígeno. La mezcla de los cuatro elementos: una llama externa, el oxígeno del aire, el gran contenido graso y la gran superficie de contacto de las esporas de licopodio justifica la producción de este fenómeno. Para comprobar la importancia de la superficie de contacto en este fenómeno, preparamos un pequeño montón de licopodio y le acercamos el mechero. Solo tras mantener durante mucho tiempo la llama sobre las esporas de licopodio conseguiremos que aparezca una pequeña llama sobre él, que tiende a desaparecer rápidamente al separar el mechero. En este caso, la superficie de contacto entre la llama y el licopodio es menor lo que dificulta el proceso de combustión que se produce con gran facilidad cuando las esporas son espolvoreadas.

Veamos su comportamiento frente al agua:



Al extraer los diferentes objetos están completamente secos y de nuevo la explicación se encuentra en la composición química de las esporas de licopodio y su pequeño tamaño. Debido a su diminuto tamaño, las esporas de licopodio envuelven completamente el objeto que las atraviesa en su camino hacia el agua. Los aceites grasos de su composición química, de marcado carácter hidrófobo, crean una película protectora que evita el contacto entre el objeto y el agua. Además, si se introduce un objeto no muy denso, como un bolígrafo, se observa que el recubrimiento de licopodio actúa como flotador, impidiendo que el objeto se hunda en el agua como haría en condiciones normales.

Para más información, pincha en el siguiente enlace donde encontrarás imágenes y vídeos relacionados con el licopodio y sus propiedades:



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